
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Tus tiempos en el reloj de la existencia

Hola amor

Hola amor. ¿Te he dicho que haces de mis días un continuo amanecer? A veces en la mañana, cuando tu imagen viene a mi mente, a veces por las tardes, al despedirse el día.
Hola amor. ¿Te he dicho que en mis sueños tú siempre estás? A veces como una musa que me inspira, a veces como un bálsamo que me consuela.
Hola amor, no sé si te he dicho todo, pero aún sin decírtelo tú lo sabes, porque me adivinas, me intuyes en mi sentimiento hacia ti, haces de las noches días, y de los días esperanza.
Hola amor, aquí estoy por ti y para ti, con mis manos extendidas esperando las tuyas. Gracias amor, el amor que cruza fronteras, que no entiende de idiomas más que el de las miradas.
Hola amor ¿te quedaras conmigo al fin? Espero que sí.
Un pacto de amor
Amor, andamos en la misma dirección cogidos de la mano pensando una esperanza y viviendo la ilusión de vivir, por eso te amo cuando tú me amas, me amas cuando sientes mi amor. Tu mirada es la mía y la mía la tuya. Si caes enferma yo te cuidare y si yo caigo enfermo, tú me sanaras. Tus amigos serán mis amigos, y los míos los tuyos. Si sufres, yo sufro, y si estoy triste tú me consolaras con tu cariño. Si la alegría desborda mi corazón es porque tú eres la causa, y si tu sonríes lo haces por mí, para mí. Tu ternura es mi despertar diario, y con susurros despierto cada día tu corazón para que se ilumine. Tus pensamientos son mis pensamientos, y mis razones son las tuyas. Tus manos buscan las mías y mi mirada busca la tuya. Y al caer el día, tus brazos me buscaran y los míos te acogerán en mi regazo. Si alguien te hace daño, a mi me lo hace, y si alguien me perjudica a ti te perjudica. Y si mueres, tu memoria no se perderá, y si muero mi memoria no se perderá, porque nos recordaremos en la mente y en el tiempo, y al tercer día te resucitare en mi y te reconoceré como única entre las únicas, y tú me sabrás como único entre los únicos, hasta el final.
Un libro, por favor

Ángeles
Ángeles, misteriosos pero siempre presentes. Da igual si crees en ellos o no. Ellos si creen en ti. Están ahí. Te acompañan. Secan tus lágrimas haciendo que se conviertan en perlas de cristal. Ellos te acarician con sus alas y te protegen bajo su sombra. A veces, entremezcla-dos entre los humanos, los ángeles tienen aspecto humano, y aunque ellos pierdan la me-moria de que lo son, algo les lleva siempre a actuar como ángeles. Los ángeles son mensajeros, eso significa su nombre, mensajeros de la esperanza, de la oportunidad sincera, mensajeros de que merece la pena mirar aún más allá de lo que simplemente se ve. Ellos son parte del amor que todo lo mueve, y su luz irradia cualquier desesperación humana. Ellos te acompañan en el camino agarrado de tu mano, y en las noches de soledad, en las noches de angustia y desesperación, ellos son los que te acurrucan en su pecho y acarician tus sienes para que duermas tranquilo. Ellos son ángeles y siempre te acompañan. Y aunque tú no los veas, si cierras los ojos...., los puedes sentir.
jueves, 28 de noviembre de 2013
Por la avenida de mi vida
Por la avenida de mi vida, según se tuerce a la izquierda y
la primera calle a la derecha, se entra en la casa de mi recuerdo. Pero si
sigues dos calles más abajo, entonces en una moderna casa podrás encontrar el
hogar de mi futuro, donde todos son bienvenidos siempre y cuando traigan como
único presente, la sinceridad y la honestidad envuelto como regalo de papel
dorado.
Déjame mirarte
Olas del Cantábrico
Amanece en el Cantábrico, rompiendo olas furiosas de desencanto de muchos años. Ella mira tras la ventisca, buscando un horizonte por encontrar, deseado, añorado. La humedad del viento se le cala hasta los huesos y su mirada brilla a causa de las lágrimas que a duras penas se desprenden. Al borde del dique deseaba dejarse llevar por la tempestad hasta donde la llevara, y no hizo nada por evitar el riesgo del precipicio que amenazante estaba ante ella. Su vida, llena de obligaciones pero vacía de caricias, de abrazos, de compañía humana que la hiciera sentir mujer, le ahogaban el alma suspirando. Ya había perdido la esperanza, y aun habiendo estado en ese momento al límite, se dijo a sí misma, "aguantare hasta mañana". Se volvió, y entre el viento que la llevaba, fue despareciendo poco a poco por las calles húmedas hasta su casa. Al día siguiente, cuando salía camino de su trabajo una mirada se cruzó ante su vista, y sintió en el fondo de su alma un despertar provocado por esa mira-da que la miraba, que la veía, que la descubría, y ya no pudo dejar de pensar en esa mirada cada día. Todos los días la buscaba y ansiaba volver a verla, pero la demora fue haciendo que se entristeciera de nuevo, y cuando ya perdía la esperanza, allí, en una esquina, levemente apoyado en la fachada, estaba él, el dueño de esa mirada. Todo su interior se removió, y sus pasos empezaron a andar despacio hacia él, hasta que estuvo muy cerca. Él la miraba, y ella, entre nerviosas y deseosa, esperaba que le dijera algo que la hiciera dar el último paso. No hizo falta. Él la volvió a mirar y dio el paso por ella. Se acerco a sus labios y se los besó como nunca antes se los habían besado. Se abrazo a él, y cogidas las manos, empezaron a andar sin rumbo, por el paseo, donde las olas rompen en el Cantábrico, y ya no volvieron la vista atrás nunca más.
¿Ves mi amor que te busca?

Y mientras tanto, gota a gota, cada una de ellas que cae me recuerda a ti
lunes, 25 de noviembre de 2013
Las fantasias de Yupi
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Si, se dice por Madrid que aquella que vivió en los mundos de "Yupi" un día despertó y se dio cuenta que todo lo perdió. Ahora si andas por Madrid, de vez en cuando suena una frase que se ha hecho popular y que viene a decir así:
-¿Crees que vives en los mundos de Yupi? Lo que no agarres fuerte y conserves a base de pelear por ello lo perderás. Deja de vivir de fantasías.
Eso se dice en Madrid, aunque poco a poco se extendió por todas partes, por todas las ciudades, por todos los rincones, y ahora el mundo esta lleno de gente que vive en los "mundos de Yupi". Es una pena. Todo mentira.
Dedicado a una gata chulita
sábado, 9 de noviembre de 2013
Una oración

Tú, que me conocías por mi nombre ya antes de nacer, que me has pedido paciencia cuando perdí todo. Tú que me pides fe sacrificándolo todo por creer en ti y aun cuando mis ojos no ven hoy lo que es parte de mi. Tú que has visto y ves como el corazón se me consume entre la amargura y el llanto. Tu que ves como las pesadillas de la noche me persiguen y sólo al llegar la luz del día parecen dormir. Tu que estás en el miedo y el hambre, dándome la mano al borde del abismo.
¿Por qué me ocultas entonces continuamente tu rostro aún sabiendo que estas? ¿Por qué no escucho tu voz aunque continuamente me hablas y la busco aún en la brisa suave? ¿Por qué no me consuelas esta lágrima que se derrama de mi alma?
Hoy mi vida anda con el corazón quebrado y la esperanza en penumbras, pero se que tú, aún desde mi rabia y angustia, sé que estas ahí, en mí, en todo, y sales a mi encuentro sin demora. Tú, Dios mio, que me ves como soy y quien soy, no tardes en venir.
Dedicado a todos aquellos que creen y quieren creer que siempre hay esperanza.
Pequeño planeta vuelve a sonreir

Nadie sabe nada porque todos quieren todo. Hoy nadie te tiende una mano sincera porque suele estar manchada de sangre y traición. Los humanismos ya no existen porque fueron enterrados por los materialismos, y si te atreves a calificarte de humano te encierran por peligro público, por loco humano. Si señores este pequeño planeta nuestro está perdido, lleno de desesperaciones individuales perdidas en una categoría humana que ya no recuerda ni su nombre. Cuando nos acostumbramos a algo que siempre vemos que esta ahí, siempre pensamos que eso nunca desaparecerá, hasta que desaparece y entonces pecamos de incrédulos y nos desesperamos. Alguien dijo que el mayor don del ser humano es su libertad, la capacidad de decidir y que lo hace ser digno. Pero si esa libertad se ejerce mal, esa misma capacidad de decisión, esa libertad, se convierte en la peor arma de destrucción. No existe ya ni un solo rincón de este nuestro pequeño planeta que no haya sido manchado por el odio, el egoísmo o la intransigencia, y por eso para poder resucitar hay que morir antes, y si queremos hacer de este pequeño planeta un mundo vivo primero tienen que resucitar los que tienen la responsabilidad de hacerlo vivir.
Si, pequeño planeta, quizás algún día vuelvas a sonreír, quizás la gente vuelva a cuidar de ti, quizás. Pero mientras esa utopía llega, consuélate pensando que una vez fuiste planeta inmenso y hermoso y en esa esperanza duerme tus amaneceres y atardeceres esperando que el nuevo día vuelva a ser de oro, que aquellos que deben vivir por ti y en ti sepan arropar tu esperanza de ser y existir, y seca tus lágrimas porque quizás, algún día, ese amanecer llegara.
Dedicado a nuestro pequeño mundo.
lunes, 4 de noviembre de 2013
La rosa vacía

Aquella
mañana se levantó como muchas otras mañanas, como si las horas de sueño no
hubieran hecho su efecto. Como siempre, en sus sueños múltiples imágenes se
entremezclaban sin sentido, aunque siempre quedándole la sensación de fondo
ante tanto simbolismo onírico, que su deseo de amar y ser amada nunca llamaría
a su puerta. Si es verdad que, aunque se había sentido atraída por algún que
otro hombre, todo había quedado en agua de borrajas, de varios encuentros con
“affaire” que le habían dejado una desasosegada sensación de insatisfacción. A
ella siempre la habían visto como una mujer atractiva, con cierta personalidad,
bien parecida y nada despreciable para los hombres, aunque ellos la
revoloteaban como moscas a su alrededor con la sempiterna intención de una
noche y a otra cosa. Ya estaba cansada de tanta vaciedad humana. Rondaba los
cuarenta años y ya había asumido ciertas responsabilidades que, aunque nadie la
había impuesto, ella asumía y, en el fondo, la compensaba del desasosiego de no
haber conocido el amor verdadero. Su vida andaba a caballo entre su
trabajo de gestión que le proporcionaba poder relacionarse socialmente, su
familia que la compensaba su necesidad de afecto, y las amistades de siempre
que al menos llenaban sus ratos de ocio. Estaba convencida que su vida acabaría
manteniendo esa dinámica. Que todo estaba meridianamente en su sitio o, al
menos, esa situación no le proporcionaba demasiados sobresaltos. Pero cuando
¡ay!, cuando en la noche se iba al encuentro de sus fantasmas nocturnos, donde
no podía controlar lo controlable durante el día, entonces era cuando lo pasaba
peor.
Aquella
noche tuvo un sueño. Un sueño donde ella andaba primero, para correr
desesperadamente después, perseguida por una voz. Una voz que la atraía con
desesperación pero al mismo tiempo la hacía correr. Pero ella no quería correr.
Sólo quería parar y dejar que aquella voz la encontrara, descubrir un rostro y
una mirada en su interior, y que su corazón hacía tanto tiempo que buscaba. Sin
embargo sus piernas no la dejaban parar, no la obedecían. Se mezclaban en ella
tal sensación de angustia entre lo que deseaba con todas sus fuerzas y que le
provocaba aquella voz, y lo que sus piernas le forzaban a seguir haciendo, que
las lágrimas de rabia y pena le nublaron cualquier posibilidad de ver.
Aquella
voz que tanto amaba y que tanto y tan dulcemente había sabido descubrirla, la
voz que tan dulcemente pronunciaba su nombre y que hacía que su corazón se
desbordara, se iba haciendo cada vez más lejana hasta que, finalmente, dejó de
oírse. Fue entonces cuando se hizo un absoluto silencio; sus pasos dejaron de
ser y fue entonces cuando un tumulto vertiginoso se inició: trabajo, amigos,
familia vociferaban y la reclamaban continuamente exigiéndole cumplir la
responsabilidad que ella misma se había impuesto. Ya no pudo más. Des-de el
fondo de su alma se dejó oír un grito desesperado:
-
¡Basta ya ¡No puedo dar más de lo que tengo! ¡Quiero amar y ser amada y
vosotros no me dejáis! ¡Callaos de una vez para que pueda escuchar esa voz que
me ama y a la que quiero amar! El tumulto calló. Pero ahora no se escuchaba la
voz que buscaba, sino que ahora era ella la que buscaba con miedo y
desesperación aquella voz.
-
¡Voz, déjate oír! ¡Te necesito! ¡Te quiero y siempre te he querido, pero no me
dejaban ir a ti! ¿Dónde estás? ¡No me abandones!
Nada
se oyó por respuesta. Solo el eco de sus propios gritos. Cayó de bruces
clavando sus rodillas en el suelo y cubriendo su rostro con ambas manos que,
rápidamente, se humedecieron con sus propias lágrimas. Su corazón había dejado
de latir porque había perdido la esperanza. Recordaba y añoraba continuamente
aquella voz. Y se dio cuenta que la había llamado continuamente, pero ella no
fue lo suficientemente fuerte como para oírla y aunque sabía que la hubiera
llenado con su sonido, se lamentó de no haberla escuchado. Oyó, pero no escuchó.
Cuando
apartó las manos de su rostro y ante su sorpresa, comprobó que había cambiado:
se había convertido en una rosa y estaba inmóvil por haber echado raíces. Sólo
podía doblegarse a capricho de la brisa. Cerca de ella pasaban unos y otros y
aunque se paraban para contemplarla como rosa, pronto seguían su camino porque
comprobaban que no emitía aroma de rosa. Simplemente no olía. Tampoco se
acercaban a ella, solo la veían a distancia porque quien intentaba tocarla se
dolía de sus espinas. Se conformó entonces con ser una rosa más, sin olor y con
muchas espinas, y se sintió vacía, aunque al menos se consolaba pensando que a
fin de cuentas era una rosa. El despertador sonó y se despertó
sobresaltada, asustada y anonadada por el sueño. Se sentó en la cama unos
segundos para levantarse después. Cuando sus ojos contemplaron su imagen en el
espejo del cuarto de baño comprobó como en cada pupila de sus ojos,
nítidamente, aparecía una rosa que lloraba. Miró el móvil. Ningún mensaje. En
el fondo de su corazón sonaba una voz que gritaba. Pero ya no estaba. Y supo
que había perdido. Que había perdido la única ocasión verdadera de amar y ser
amada.
Desde la rabia y el dolor
domingo, 3 de noviembre de 2013
Ha llegado la hora de ser persona

Dos amores. El y el

El y el, dos amores: uno
inválido y el otro no, pero amor sublime que ni invalidez, ni traba, consigue
acabar con el. El y el, amores incomprendidos, pero amores sin fin. El y El,
¡¡dejadlos ser!!
Una barra de bar para ver la vida pasar

No te escondas, amistad

Se un maestro para quien no sabe, y un consuelo para quien no tiene, un guía para quien no encuentra su camino
El caos de la existencia

Mujer

De la noche de los tiempos surgió la belleza de
la mujer, de estéticas líneas y curvas sinuosas, que atraen miradas y suscitan.
Esa mujer que puede ser pura intuición pero al mismo tiempo capaz de provocar
mil sensaciones. La mujer humana, noble, madre y amiga. Sus movimientos se
cuelan en el alma del hombre y lo elevan a las nubes, haciéndolo más humano, más
noble, más persona. De la noche de los tiempos surgió la mujer y al final de los
tiempos ella es la que abrirá las puertas del paraíso.Esa eres tu, mujer
Siempre me lleva a ti

Miseria humana de mantillas cubiertas

Miseria humana de mantillas cubiertas que mil caminos encuentras en tu devenir. Sombrero de ala ancha que ocultas la mirada curiosa y ves de reojo el vértigo pasar.
Castañuelas que resuenan acompasadas haciendo sonar los latidos urbanos, con olores de azucenas y jazmín. Pensamientos alocados sin sentido reflejados entre árboles del paseo sin fin.
¿A donde fuiste mi fe?
Tu y yo

Mirando a través de una rendija
Mirando a través de una rendija, de soslayo,
como quien no tenía intención de mirar, como quien no pretendía dirigir su
mirada hacia ninguna intención, descubres todo lo que pasa desapercibido,
aquello que se susurra a través de la brisa y que te despierta con sensación de
una llamada a lo lejos.
Abres una puerta, abres otra puerta, pero
por más que intentas localizar una indicación que te lleve hacia lo que
realmente quieres descubrir, a poco que casi crees rozar con los dedos, la
sensación se esfuma por que lo que tocabas no era real. La mirada sigue buscando
inquieta, en cada instante, un sentido, algo que merezca la pena contemplar en
toda su realidad, pero no encuentras nada, porque las imágenes pasan por delante
de ti en desbandada, continuamente, y para cuando entre la ingente cantidad de
cosas se confunde una esencia original, entonces por un instante tus ojos
brillan, delatando que aquello que ves parece merecer la pena.
Con el transcurso de los años, lo que veías
que te asombraba, ahora lo miras sin más, sin que te arranque ninguna sensación.
Y poco a poco, progresivamente, dejas de mirar lo que se te presenta delante de
ti, para empezar a mirar hacia ti, a tu corazón, dejando que tu alma te susurre
con imágenes de ti que son tu mismo. Dejas de mirar hacia fuera para descubrir
que lo que realmente merecía la pena ver, estaba dentro de ti, en ti.
sábado, 2 de noviembre de 2013
Ser bohemio
Ser bohemio es ser uno mismo a pesar de los continuos avatares que te rodean, original sin ser prepotente, creer en las musas de la inspiracion y saber imaginar todo lo imaginable. Es saber estsr en las nubes de la creatividad sin perder la referencia del suelo de lo terrenal, vivir intensamente cada momento en su esplendor y en su tragedia.
Ser bohemio es saber levantarse a pesar de las continuas caidas, ser capaz de sorprenderse aun por una puesta de sol, por un amanecer o por la sonrisa sincera de un niño.
Ser bohemio es ser humano, mirar con transparencia todas las cosas y ser capaz de ver lo que no se ve.
Ser bohemio es ser un genio sin querer serlo, agarrar la poesia, el arte y la cultura con todos sus matices. Creer en duendes y en mitos, musas y geniecillos.
Ser bohemio es ser capaz de decir sin decir todo lo que se puede decir y lo wue no se debe decir.
Ser bohemio es ser capaz de encontrar la belleza de la soledad y hacerla compañera de camino.
Ser bohemio es ser bohemio, sin preocuparte si los demas entienden que es ser bohemio.
Ser bohemio es saber levantarse a pesar de las continuas caidas, ser capaz de sorprenderse aun por una puesta de sol, por un amanecer o por la sonrisa sincera de un niño.
Ser bohemio es ser humano, mirar con transparencia todas las cosas y ser capaz de ver lo que no se ve.
Ser bohemio es ser un genio sin querer serlo, agarrar la poesia, el arte y la cultura con todos sus matices. Creer en duendes y en mitos, musas y geniecillos.
Ser bohemio es ser capaz de decir sin decir todo lo que se puede decir y lo wue no se debe decir.
Ser bohemio es ser capaz de encontrar la belleza de la soledad y hacerla compañera de camino.
Ser bohemio es ser bohemio, sin preocuparte si los demas entienden que es ser bohemio.
Anoche tu mirada
Anoche tu mirada se colo como una ladrona por entre los rincones de mi pensamiento y mis fantasias, y recorrio todo mi ser mirándome curiosa por todas partes.
Anoche tu mirada se instalo en mi alma y ya no puedo arrancarla de alli, y cuanto más cerraba los ojos para no verte más te veia.
Anoche tu mirada miraba por mis ojos y ya no pude ver más que a traves de los tuyos. Anoche tu mirada al fin me encontro.
Anoche tu mirada se instalo en mi alma y ya no puedo arrancarla de alli, y cuanto más cerraba los ojos para no verte más te veia.
Anoche tu mirada miraba por mis ojos y ya no pude ver más que a traves de los tuyos. Anoche tu mirada al fin me encontro.
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