Una barra de bar, horas
de humo y alcohol, una frontera entre el trabajo y la esperanza del amor, un
tiempo para encontrar un lugar para la tranquilidad, reflejos de luz filtrados
por la ventana. Alguien los enseñó desde pequeños los secretos de la
supervivencia, pero nadie nos enseñó los secretos de la existencia, de la
felicidad. Una barra de un bar, un asiento para contemplar el mundo pasar, una
frontera entre la existencia y la felicidad. Una oportunidad para amar
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
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