Asomarse de reojo al abismo estético de la
mujer es arriesgarse a vivir la mejor historia, que te envuelve de serenidad y
de inquietud a la vez, en el vértigo de las sensaciones y las estética de su
suave susurrar al oído de tu alma. Su mirada es capaz de amansar el corazón más
inquieto y al mismo tiempo llevarlo a los límites del amor. Amar a una mujer es
llegar a conseguir que la parte de ti dormida despierte a la vida. Vives porque
existes, pero existes porque eres capaz de amar y llenar todos los vacíos.
De la noche de los tiempos surgió la belleza de
la mujer, de estéticas líneas y curvas sinuosas, que atraen miradas y suscitan.
Esa mujer que puede ser pura intuición pero al mismo tiempo capaz de provocar
mil sensaciones. La mujer humana, noble, madre y amiga. Sus movimientos se
cuelan en el alma del hombre y lo elevan a las nubes, haciéndolo más humano, más
noble, más persona. De la noche de los tiempos surgió la mujer y al final de los
tiempos ella es la que abrirá las puertas del paraíso.Esa eres tu, mujer
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