Un torbellino de mil sensaciones, desconciertos
cotidianos, miradas y recuerdos entremezclados, abarrotados en la mente,
esforzándote por ordenar, por colocar en su sitio. Quitas uno, pones otro, este
aquí, este allá, como si la composición de un cuadro con sus muchos elementos se
tratara y que dan como resultado un bello o siniestro paisaje. Todo depende de
como decidas, todo depende de como des los pasos y donde pises. Sin orden pero
con armonía. Preguntas continuas sin respuestas muchas. Y entonces paras, te
sientas, meditas sobre la composición del caos de la existencia e intentas
buscar el sentido en torno al cual gira tu vida. Te serenas, respiras con un
suspiro y, finalmente, te dices a ti mismo: "Sigue, porque sólo al final sabrás
las respuestas". Y entonces me levanto y retomo mi camino....sin más.
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
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