Se me escapa saber los motivos de por qué nuestras
vidas se han cruzado, pero tampoco me importa saberlos. Me resulta difícil
comprender el por qué la vida es una pura causalidad, que todo tiene un sentido
y que cada acontecer que nos sucede tiene una explicación que, aunque no
comprendamos, sin embargo aun sin saber los motivos, te hace vivir. Nuestras
vidas antes de encontrarnos eran caminos privados, llenos de luces y sombras,
inconscientes de que existíamos para el otro, pero que sorprendentemente nos
llevaba, aún sin saberlo, uno al encuentro del otro. Al principio fue difícil,
pero aquellos diamantes por pulir, cada día se hacen mas bellos, cada día
adquieren mas valor en nuestro diario caminar juntos. Cuando susurramos nos
hablamos al corazón, cuando nos miramos, nos encontramos y encontramos la
tranquilidad de quien sabe que la senda está por andar pero que el final de esa
senda es nuestro. Cuando me miras me encuentras con mirada de ternura, cuando te
miro, te encuentro con ilusión. Aún nos queda mucho por hacer, pero será un buen
hacer juntos. Ahora todo está en su sitio, ahora estamos juntos y seguimos
juntos. Ahora seguimos siendo dos, pero uno, mirando en la misma dirección, en
un camino donde florecen la esperanza y la ilusión, la felicidad y el amor. Tu y
yo, solos tu y yo.
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