Llegados a cierto momento de la vida uno empieza a pensar
en ella desde su llegada al mundo, recapacita y hace balance sobre toda su
trayectoria,sobre todo lo que ha dejado en el camino y sobre la intensidad con
que ha influido en las personas que han aparecido en su camino y cómo han
influido ellas en ti. Te vienen a la mente un cúmulo de recuerdos, imágenes,
momentos, sensaciones, fracaso y éxitos, pequeños momentos de gloria y algunos
mas de decepción. Piensas en las ironías, en como ineptos ocupan cargos de
responsabilidad y los sabios tienen que luchar diariamente aun para comer.
Recuerdas tu infancia llena de despreocupaciones, tu adolescencia llena de
dilemas y desconciertos, tu despertar al amor y a la vida. Recuerdas tu primer
trabajo, el momento en que fuiste objeto de envidias simplemente porque lo
hacías bien y cuando recibiste tu primer diploma. Sientes como la sociedad y el
mundo han ido cambiando aunque tu sientas que siempre has sido el mismo e
inmutable. Recuerdas cuando lloraste porque un amigo o amiga injustamente te
traicionó. Se dibuja una sonrisa sobre todo cuando a tu mente viene la imagen de
tu hija recién nacida, frágil, indefensa y que nadie te dijo nunca que te
perderías toda adolescencia y aun quizás su madurez. Sabes que aun a estas
alturas no puedes parar de vivir porque la vida de cada uno tiene su tiempo y
hay que agotarlo hasta el último segundo, pero sabes que cada día cuesta más
luchar. Entiendes que durante todo este tiempo has aprendido a madurar que no
significa más que ser hombre o mujer, para sobrevivir. Quizás cuando llegue el
final suceda que tu vida pase ante tus ojos como una película y entonces sabre
si he sido merecedor de un Oscar o si bien mi vida ha sido simplemente un vivir
diario, un sobrevivir hasta el final del camino, un llegar a la meta aun a pesar
de no llegar el primero, pero llegando. Ahora que llego a la mitad del siglo de
existencia es tiempo de parar, recapacitar y preguntarse si llegare al final de
la segunda mitad o si simplemente sobreviviré parte de esa segunda mitad. Sea
como sea, ahora que pienso en mi existencia hasta el momento es el momento de
vivir con dignidad, como persona y no dejar nunca mas que nadie ponga en duda mi
integridad y mi humanidad. Ha llegado la hora de ser persona
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
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