Ángeles, misteriosos pero siempre presentes. Da igual si crees en ellos o no. Ellos si creen en ti. Están ahí. Te acompañan. Secan tus lágrimas haciendo que se conviertan en perlas de cristal. Ellos te acarician con sus alas y te protegen bajo su sombra. A veces, entremezcla-dos entre los humanos, los ángeles tienen aspecto humano, y aunque ellos pierdan la me-moria de que lo son, algo les lleva siempre a actuar como ángeles. Los ángeles son mensajeros, eso significa su nombre, mensajeros de la esperanza, de la oportunidad sincera, mensajeros de que merece la pena mirar aún más allá de lo que simplemente se ve. Ellos son parte del amor que todo lo mueve, y su luz irradia cualquier desesperación humana. Ellos te acompañan en el camino agarrado de tu mano, y en las noches de soledad, en las noches de angustia y desesperación, ellos son los que te acurrucan en su pecho y acarician tus sienes para que duermas tranquilo. Ellos son ángeles y siempre te acompañan. Y aunque tú no los veas, si cierras los ojos...., los puedes sentir.
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