viernes, 31 de octubre de 2014

Carta a mi hija

Amada hija.

Aún siento en mi como si fuera ayer, tu cálido y delicado cuerpecito aferrado a mi mientras te mantenía en brazos al nacer, esa sensación indescriptible que hizo que el universo se parara por un instante y en silencio, nos dejara a solas a ti y a mi, padre e hija, ternura y amor. Nadie me dijo entonces que me perdería tantas cosas de ti, nadie me dijo que aquella sensación indescriptible, se convertiría en el mayor de los dolores y que cada noche arrastro solo con el consuelo de llevarte en mi mente y en mi corazón. Vivimos en un mundo de locos y locura es la distancia y la lejanía en el dolor, cuando hay tanto amor. El alma se desgarra y en su sufrimiento por la ausencia de aquella vida que diste, cada día gotean recuerdos de ti, hija mía. No se que te habrán contado de mi, no se que elixir de la mentira te habrán hecho beber para que al fin sientas tanto odio por quien solo supo desvivirse por ti.  Algún día tu serás madre y entenderás, al igual que cuando yo fui padre entendí. Entenderás que el engaño al que te sometieron te hizo vivir en una mentira sobre mí y que cada segundo que perdimos juntos, añorarás haberlos vivido, pero quizás sea ya tarde entonces. Yo no pierdo la esperanza, y la puerta de mi alma sigue abierta a la espera de verte llegar, aunque sea solo de lejos. Seguramente te dijeron que me olvide de ti, que mi amor se agotó y que no quise ser quien tu querías que fuera, y nada más lejos de la realidad, nada más cruel que te hayan hecho creer eso. Desde mi amor pelee, luché, insistí hasta el límite, ante quien podía decidir, pero no me escucharon. Sentí la impotencia y la rabia, porque poco a poco me arrancaban cada segundo de existencia junto a ti. Desde el fondo del precipicio donde caí, aún ahí seguía pronunciando tu nombre, y cada día al despertar, tu imagen me acompaña, y durante el día saber que estas bien me consuela. Te has convertido en una hermosa mujer y la vida te regalará mil regalos. No los desaproveches, tómalos y disfrútalos. No importa ya si dejé de existir para ti porque a mi solo me importa que tu si existas para mi, y allá donde vaya, en esta vida o en otras vidas, tu siempre serás mi hija amada, ausente pero siempre presente, distante pero siempre cercana en mi corazón. Quizás escuchaste a todos, quizás decidiste creer a todos, pero nunca me preguntaste a mí, y aunque muchas veces intenté acercarme a ti, nunca te dejaron escucharme. Hoy ya eres mayor de edad, eres responsable, eres mujer. Hoy también es el tiempo de la verdad, el tiempo que toca decidir por la verdad o seguir viviendo en la mentira. ¿Te has preguntado alguna vez el motivo por el que nunca han dejado que hables conmigo? Solo tiene miedo a la verdad quien realmente miente, y yo no tengo miedo a la verdad, solo tengo miedo a no verte nunca más. Yo siempre seré tu padre, y siempre te esperaré, aunque tu no quieras volver a mi.

De tu padre que siempre te amará y siempre te esperará.

martes, 28 de octubre de 2014

Volveremos a pescar papa

Un niño que despierta, legañoso aún pero entusiasmado. El día le regalará con la bruma del alba y el rocío de la mañana un recorrido en compañía, seguro, protegido y entusiasmado. Admirado de la compañía que lo lleva hacia una aventura mientras pasa veloz el paisaje que le adivina, saludando el horizonte y el sol que se despereza y me sonríe. Es un día especial porque voy con él, y llegados, miro con admiración su habilidad en la preparación de los atavíos, como busca el lugar más adecuado y yo le sigo en silencio, cómplice. La plomada lleva el anzuelo hacia el fondo del riachuelo que juega a esconderse entre los árboles que extienden sus ramas hasta acariciar el agua transparente, fría. Sentados a a la orilla, yo a su lado, y el dejando que su amor le lleve a regalarme una caricia en mi cara aún fría. Me siento bien, cálido y arropado. Ambos en silencio, a la espera de que las carpas o barbos que juguetean con la carnaza, se aventuren al desenlace que los llevará hasta nosotros. Los pájaros de la mañana son los únicos que hablan, las hojas de los árboles se dejan acariciar por la brisa, y la corriente del río nos regala una melodía continua. Ese hombre al lado del que estoy viene a mi memoria hoy en recuerdo de momentos de aventura, pescando. Tiempos en que sólo sentía protección y seguridad, ternura y admiración. Lo recuerdo bien, como si ayer al amanecer, aun legañoso, viera pasar el paisaje de nuevo en dirección a una nueva aventura con él. Aquel niño ahora ha crecido pero en su recuerdo, sigue siendo aquel niño que tantos amaneceres disfrutaba con él. Ya te fuiste hace tiempo, pero siempre estas en mi, y se que siempre deseaste más de una vez, poder haber disfrutado una vez más de aquellos amaneceres, y aunque no pudo ser, yo se en el fondo de mi ser, que volveremos a pescar papa, cuando nos volvamos a ver, en otro río, con otro amanecer, con otro paisaje, pero volveremos a pescar.

lunes, 27 de octubre de 2014

Pirulo y Canuto, personajes dela ciudad





Se hace llamar Pirulo, el novio de la muerte, ex legionario según relata. Personaje peculiar fácil de encontrar por las calles de Badajoz, seguido de su perro canela fiel "Canuto", con el hueco de una gran tinaja como refugio nocturno, y pululante continuo por el centro de Badajoz. Un personaje digno de ser ratón colorao, como lo llamaría Jesús Quintero, identificando a aquellos personajes que forman parte del paisaje de la ciudad, únicos, originales y pintorescos, libres y vivos en su mundo. Canuto lo sigue continuamente, y siempre pendiente de su amo, de su compañero. Ambos paran donde quieren, pasean por donde les place. El cuenta miles de historias y canuto escucha sin más. A veces Pirulo lo lleva en volandas, o simplemente subido a su hombro. Ambos son el calor del otro mutuo, la compañía sin precio, el remanso de vida en la locura diaria. Entre las calles del centro los puedes ver, por el Tronco o el Bigote, el Postigo o la Plaza de España. Personajes auténticos, animal y hombre, auténticos en su vida en libertad.


 

lunes, 20 de octubre de 2014

25 Relatos..., y un café

Una gaviota me susurro en la noche que tenía una ilusión. Quería reunir los mejores relatos en torno a una mesa tomando un café, y así fue buscando entre libros, letras, poemas y ensayos. Sin embargo no se decidía porque el reto la intimidaba y dudaba. Entre mil ideas de como seleccionar lo mejor, se le ocurrió esbozar dibujos confiando en que su imaginación le daría las pistas adecuadas y sabría cuales eran los mejores. Buscó entre cuentos y relatos, entre historias y novelas, entre personajes pintorescos, trágicos y cómicos, patéticos y románticos, mientras seguía dibujando. Cuando se dio cuenta de su inconsciente habían ido surgiendo impulsos hacia su mano haciéndola crear, sin saberlo, un dibujo plasmado en el papel. Un libro manuscrito arropado por una pluma descansando, un café acompañados de letras y unas golondrinas que surgían del libro y volaban hacia un 25 seguido de relatos y un café. Había creado la puerta a los 25 relatos fueran los que fueran, porque entendió que ninguno es mejor que el otro, que solo depende de quien los lea y como los lea.

Y simplemente dejó que cada relato hablara y fuera creando la obra acompañada del sabor de un buen café.

sábado, 11 de octubre de 2014

Con Juan los rockeros nunca mueren en "Lo que la Rubia Diga"




Centro de Badajoz, encuentros al pasear, y "Lo que la Rubia Diga" que alberga pintorescos personajes que hacen parada para disfrutar de un agradable rato en encuentros de experiencia vivida. Sonrisas y una pinta que entona los cuerpos y libera conversaciones nimias unas, importantes otras, pero siempre en amistosa conversación.



Un rockero de la vieja escuela, Juan se llama, marcado por la experiencia con la música, y a pesar de su edad, completamente cercano salvando el abismo generacional. Un niño grande y sabio. Ya septenario y aún de marcha. Viendo la vida pasar y soñando con nuevas canciones y nuevas cosas a las que añadir melodía. Una melodía envuelta de instantes y de gente variopinta conocida. Un tipo peculiar. Imágenes de dos tiempos hechos presente en un momento que se comparte con sabiduría y conocimiento. Esa sabiduría que ningún libro da, la que se adquiere desde el fondo de lo cotidiano.


Un rockero y un pintor, bohemios de culturas, analistas de la locura. Un grupo de amigos al pasar y hacer parada en "Lo que la Rubia Diga," por si acaso te interesa parar.

martes, 7 de octubre de 2014

Observé, entendí y me fuí

Dejando la vida pasar observe que muchas personas viven de la apariencia, de la imagen superflua y efímera, y que su mundo se construía de una falsa belleza articulada por potingues cosméticos, musculoso machaque en los gimnasios y gastos inútiles para llevar aunque sea solo un pañuelo del último diseñador de moda. Observe como un grupo de personas casi podías mirar a uno solo y ya habías visto a los demás, calcados unos de otros, gemelos repetidos y agrupados en diversión fingida la mayor de las veces. Observé risas forzadas encubridoras de tristeza interior, anhelos deseados y nunca conseguidos por ser el mejor o la mejor no por sí mismos, sino por lo que entienden que la sociedad reclama en cuanto al ser y al estar. Observé la vida pasar ante mi, en un continuo ir y venir de locura sin tiempo para nada y llenando el calendario de cosas que hacer por miedo a la soledad. Observé como se presume de lo que no se tiene simplemente por aparentar tener mas que el vecino. Observé la envida latente, la codicia ansiosa, el egoísmo aniquilador. Observé caminantes agarrados al móvil pendientes de wasapp y casi dándose de bruces contra una farola por no mirar por donde van.

Viendo la vida pasar ante mi, entendí lo que no debe ser para comprender lo que debería ser, viendo idas y venidas, recorridos largos y cortos, miradas perdidas en ninguna parte, automatismo existencial, llenando cada hueco del día con algo, lo que sea, con tal de no sentir un segundo de vacío. Entendí que la humanidad no es capaz de mirar en su interior por miedo a morir de un infarto si descubre lo que no quiere descubrir. Entendí que el vacío existencial mueve a realizar muchas tonterías sin sentido y que el valor de vivir cae en manos de la vorágine social, que anula al individuo para convertirlo en un número, en un nombre en un expediente. Cruce de caminos, atajos del destino, espacios perdidos.

Observé todo esto y más, y entendí hacia donde tengo que ir, y entendiendo y observando lo que no debería ser, comprendí lo que es necesario descubrir para vivir sin más, y al final, me fui hacia donde los sueños se hacen realidad, las esperanzas se inundan de verdad y la verdad se hace vitalidad. Simplemente me fui para vivir.