domingo, 30 de marzo de 2014

Tu y yo. Nosotros. Uno

Cuando Buda alcanzó la vía de la iluminación lo hizo a través de la vía de la liberación de todo aquello que distrae del verdadero objetivo que es la felicidad. Muchas veces buscamos la felicidad en lo material, en lo sensual o simplemente en la fama y el prestigio, sin darnos cuentas que la verdadera felicidad está en lo simple, en lo esencial. No entendemos que suele salir a nuestro encuentro continuamente pero somos incapaces de verla y reconocerla porque no le damos importancia a lo simple y todo lo complicamos. Pero a veces, solo a veces, la razón de las cosas simples se hacen tan evidentes que acabas dándote cuenta que un simple "hola" de alguien desconocido hasta ese momento se convierte en un re-conocimiento de una intuición que te hace palpitar y segundo a segundo va llenando tu alma de sensaciones, de pensamientos y de detalles que recorren tu alma, que te obliga a poner cara de bobo y te arranca una sonrisa sin saber porque motivo. Empiezas a saborear la felicidad y agarras esa luz para hacer de su llama una luz más intensa en cada instante que pasa para iluminar con más intensidad el minuto siguiente. Todo lo que antes entendías estúpidamente esencial deja de tener valor porque has descubierto que una simple mirada repetida en mi mente como un nombre que se convierte "mantra" y que me lleva por el camino de la iluminación hacia la felicidad. Un camino tuyo y mio. Una senda nuestra y para nosotros de amor, sensación y pasión. Un tu y yo; uno. Con palabras que se convierten en la clave de todo, con momentos que te orientan en el camino y que al ser pronunciadas crean todo un universo real y auténtico. La flor del loto se ha abierto en nuestras almas y  tu y yo se han fusionado en un "nosotros" y así ser uno. Y cuando la postura de tu loto se abre para mi, el mantra de la felicidad me acoge entre sus brazos.

Quien quiera entender...que entienda.

jueves, 20 de marzo de 2014

Siempre duele decir "adiós" y más si te hizo llorar el engaño.




A veces es necesario decir "adiós" a muchas cosas, y sobre todo cuando creíste en alguien y te traicionó, y aunque duele siempre es mejor para resurgir sobre tus propias lágrimas y mirar de nuevo al sol y vivir fuera de la mentira y la sinrazón. Muchas canciones hablan de esos "adios" y los After 7 así lo cantan.

sábado, 15 de marzo de 2014

Tuve un sueño: que el niño era yo

Tuve un sueño en una plaza llena de sensaciones y colores, repleta de sonidos de niños jugando y de gente deambulando, llena de árboles y de bancos, con mil olores de primavera cruzando el ambiente y con rayos de luz filtrados por entre las ramas de los árboles. De perros juguetones en carreras alocadas. Anoche tuve el sueño que andaba por esa plaza y me acercaba a un banco donde atentas escuchaba un grupo de gente y entre los que buscaba una rendija por donde ver lo que pasaba. Y vi un niño, de mirada limpia y profunda al que todos contemplaban como hablaba de su propia melodía, mirándolos a todos y todos ensimismados con aquellos sonidos. Anoche soñé que ese niño me miraba por entre las gentes pero yo me escondía porque no quería distraer su atención del regalo que a tantos tanto bien hacía. Solo al cabo de un rato me fui retirando lleno de ternura y pensando en la añoranza de un tiempo perdido, mientras se hacía mas lejana la melodía de aquel niño. Anoche soñé que mientras caminaba y soñaba recordando mi infancia, recordando mi inocencia entre susurros de brisa, entre caricias de árboles que me cobijan, escuchaba la voz de aquel niño que me llamaba por mi nombre, que corría hacia mi lanzándome a mis brazos y buscando mi ser. Yo lo acogí entre lágrimas y agonías del alma. Anoche soñé que aquel niño me cogía la mano y me decía "ven", llevándome a una casa donde todo me era familiar y sintiendo mil  recuerdos de mi niñez. Cuando lo miré el me miraba sin mirar, ajeno a todo, en su mundo de aventura y sinceridad, vestido de mil personajes y feliz en sus conquistas. El solo me sonreía, el solo me miraba, él solo me invitaba sin ni siquiera hablar, y tras cada mirada suya recordaba mi casa y mis aventuras. ¡¡quien volviera a ser niño!! Anoche soñé que aquel niño me pedía que volviera a ser niño para poder jugar con él, pero yo no podía jugar porque ya era mayor y los mayores ya no saben jugar. Y mientras el se quedaba en silencio y yo pensativo, su imagen se fue diluyendo, difuminando hasta borrarse porque no pude jugar con el. Anoche soñé que había cerrado los ojos y que cuando los abrí estaba sentado en una plaza de sensaciones y colores, sentado en un banco y rodeado de gente que escuchaba mi melodía, y que a través de ellas, por un hueco, vi a alguien que me miraba y que al poco se retiraba y hacia el que yo corría llamándolo por su nombre y pidiéndole que me abrazara y que me acompaña a una casa donde recordaría su infancia. Anoche soñé que aquel niño era yo y desperté, y desee volver a ser niño aun siendo mayor.

jueves, 13 de marzo de 2014

Gracias por existir en mi vida

Gracias por estar ahí. Gracias por confiar en mi. Gracias por no dudar de mi cuando yo me movía en la duda y el desconcierto. Gracias por pedirme aún sin pedírmelo que decidiera vivir. El sonido de las voces de todos aquellos que hablaron por hablar, y que tras la falsedad de su mirada se escondía su egoísmo, ahora están en silencio porque ha sido descubierta su falsedad.  Has conseguido con tu apoyo que la decepción se convierta en la evidencia de que hay gente que pasa por tu vida y que hay que ignorarla porque se hunde en su propia desgracia.  Ante la locura me diste cordura y ante la decepción me diste ilusión. Tu y yo sabemos que todos los obstáculos surgidos y que puedan surgir no impedirán que acabemos nuestro viaje juntos. Gracias por hacerme ver que no merece la pena perder ni un segundo de ti y de mi por nadie, y recuperarlos todos continuamente por nosotros. Gracias por existir y vivir en mi. Gracias porque estas en mi vida. 

viernes, 7 de marzo de 2014

Llamó a mi puerta


¡Toc! ¡toc! sonó en la puerta, abríendo curioso. Pero al abrir no había nadie. ¡Toc! ¡toc!, volvió a sonar, pero ahora más fuerte, y nuevamente volví a abrir, pero no había nadie. ¡Toc! ¡toc! se escuchó por tercera vez, y al abrir de nuevo no había nadie. Y empece a irritarme pensando que era una broma de alguien aburrido sin más que hacer. ¡Toc! ¡toc! por cuarta vez, aunque ahora no abrí sino que dejé pasar unos instantes por si volvía a sonar o eran imaginaciones mías, pero no volvió a sonar y parecía que no sonaría más. Así fue sucediendo de vez en cuando, que sonaba llamando a la puerta y al abrir nadie había. Pase de la irritación a la perplejidad, de la sensación de estar molesto a ignorar las llamadas. Con el tiempo dejaron de tocar a mi puerta y descanse aliviado, y pronto me olvide.

Pasado el tiempo los acontecimientos de la vida me llevaron a una situación crítica donde no encontraba salida, donde todo se desmoronaba, un tiempo en que pensaba incluso terminar con todo de una vez, donde la sensación de no haber merecido la pena ninguno de los momentos vividos se hacia sonora y machacona, y en ese dilema me debatía mientras mi única compañía era el sonido de mis pasos que me llevaban a ninguna parte. Escuche entonces alguien que me llamaba por mi nombre y volví instintivamente la cabeza para localizar la llamada, dándome de bruces con alguien por delante del que había pasado y no me había dado cuenta y me quedé mirándolo hasta que le pregunte, ¿quién eres?, sin recibir respuesta. Volví a preguntarle, ¿dime quién eres? y entonces solo me miró y su mirada traspasó mi alma y allí aún sin que saliera sonido alguno de su boca, resonaron sus palabras: 

- ¡tu esperanza! aquella que perdiste hace tanto tiempo y que nunca encontrabas, aquella que mientras tu huías de ella, ella te buscaba a ti, y ahora te encuentra para decirte que todo es posible que nada es tan imposible que no se pueda conseguir.

Y entonces desde el fondo de mi alma le conteste:

- ¿Y si te buscaba porqué no te encontraba aunque tu me buscabas?

- Sí me encontraste -me dijo - pero no quisiste abrirme y verme.

- ¿Cuando te encontré? - pregunte desconcertado.

Y entonces como si me hubieran herido mil puñales, me dijo:

- Cuando llame a tu puerta con insistencia y aunque abriste la puerta no me reconociste, no quisiste ver, y al final me dejaste fuera de tu vida, y perdiste la esperanza de nuevo. Al final pensaste que nunca me necesitarías hasta hoy, y solo en ti está invitarme a entrar en tu casa y dejarme que te acompañe.

Solo puede decir entonces una palabra casi con lágrimas: ¡acompáñame por favor! Y desde entonces vive en mi y cuando la vida me lleva a momentos críticos el me recuerda siempre que la dejé entrar en mi casa y que la esperanza siempre permite una salida. Hoy vive conmigo y no la dejare ir.