Desde que nacemos vivimos en el reflejo que un espejo nos devuelve continuamente. Ese ego prefabricado que gota a gota, día a día, instante a instante nos persigue como nuestro peor enemigo. Vamos por la vida sobreviviendo, esquivando emboscadas en cada uno de nuestros encuentros y en cada paseo diario por la sociedad, construida sobre teorías utópicas e inalcanzables la mayoría de las veces. Y así, sin darnos cuentas, vamos creando una imagen de nosotros que nada tiene que ver con nuestra esencia, sino con lo que queremos que los demás vean de nosotros mismos, pero sin ser nosotros mismos. Somos lo que somos y quienes somos, cada uno único, especial y al mismo tiempo simple, aunque encerrados en la trampa del aparentar ser lo que no se es, luchando cada día por conseguir un reconocimiento que ni nos merecemos ni en realidad necesitamos, porque en el fondo de nosotros mismos solo importa reconocernos a nosotros mismos tal y como somos, simples y al mismo tiempo únicos. Si, es verdad, "yo no soy tu", es lo que le diría a esa imagen irreal que me han enseñado a reconocer reflejada en el espejo de mi vida diaria, en el espejo de la vida diaria de cada uno de nosotros. "Yo no soy tu", eso le diría, porque cada día descubro más mi esencia y cada día suelto mas lastre de lo innecesario y de todo aquello con lo que me han hecho cargar que ni pedí ni desee. Durante la existencia cargamos con todo lo que los demás nos aconsejaban cargar para poder caminar por la vida, nos decían, pero al final resultó que fue precisamente toda esa carga innecesaria la que nos hizo sufrir, la que nos hizo avanzar lentos y caernos continuamente. Y solo cuando eres consciente de eso es cuando te postras ante tu propia realidad y sueltas todo ese lastre y descubres que nadie es mejor que nadie y que tampoco nadie es peor que nadie, sino que cada uno somos únicos con la única misión de descubrirnos a nosotros mismos en lo simple, en la esencia de ser humanos, nada más...y nada menos. Ahora, contemplando el reflejo de mi imagen en el espejo, puedo decir libremente, mirándome a los ojos a mi mismo en esa imagen que no te reconozco, que esa imagen irreal que veo no soy yo y que "yo no soy tu", que mi vida es mía y la vivo yo. Si es cierto, "Yo no soy tu".
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario