viernes, 6 de diciembre de 2013

Luna de hielo

Luna de hielo en el ancho mar, donde el final de mi viaje eres tu, donde jamás pensé que en la senda infinita existiera ya la fortuna creadora, la pasión por nacer. A pesar de cómo el corazón duele a veces por la misma crueldad de la existencia, y cuando ya casi piensas que el sonido del latir del corazón por la vida se perdió, por el amor, surgen de la nada, asomando tenuemente a la vuelta de la esquina de mi caminar, tus pupilas inquietas que se posan en mí y me contemplan en mi mirar añorante y mojado bajo la lluvia, dejando correr gotas de esperanza sobre el duro asfalto, que tu conviertes en terciopelo para que mis pasos me lleven a ti. Tus ojos anidaron en mí buscando el calor de todo lo que soy capaz de dar, de ser. 

Hoy, a pesar de todos los hoy, es un tiempo que me reencuentra contigo, que te reconoce en cada momento. Sé que aún detrás de tu mirada silenciosa, un gran amor me mandas en cada instante. Hoy crees en mi porque yo creo en ti, y porque nos reconocemos en nosotros. Ahora es el momento de nuestro amor, porque mañana será el tiempo de nuestro paraíso, un paraíso que se hace realidad en cada trecho del camino y al que deseamos llegar. Y llegaremos, amor, como el velero navegando hacia el horizonte de la luna de hielo, donde el final de mi viaje siempre eres tú.

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