"Hay un parque aquí en mi barrio, que no es parque ni es ná", decía una canción de Víctor y Diego, un dúo de hermanos de principio de los 70, y al escuchar la canción que se titula "El parque", me evocan aquella infancia y tantos momentos vividos en esos parques de barrio donde se encontraban juegos y sensaciones, donde se descubrían los primeros besos de amor y los juegos intencionados. De ratos con los amigos contándonos mil batallas. Aquellos parques de barrio, hoy muchos derruidos y abandonados, testigos y cómplices de despertares a la vida. de las primeras caídas en los juegos y las heridas curadas con yodo. Hoy, después de muchos años, volví a escuchar esta canción y volvieron a mi esos recuerdos de aquel parque de mi barrio, de tierra y albero, lugar de cita y de encanto, de espera del amigo y del primer beso y de la primera mano cogida, apurando el tiempo antes de volver a casa a la hora. Tantas cosas pasaron en aquel parque de mi barrio.
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
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