jueves, 15 de enero de 2015

La locura del sueño

Anoche al cerrar los ojos, quería dormir pero no podía. Luces en la oscuridad de la mente centelleaban y mantenían mi atención, y con una velocidad de vértigo se entrecruzaba imagen tras imagen, unas reales, otras irreales. El mito y la razón jugaban al escondite buscándose unas veces y otras huyendo una del otro. Agujeros de luz me llevaban en volandas y múltiples manos intentaban tocarme, agarrarme. Y al llegar al final, caía como en una cascada hacia ninguna parte. Sonidos y gritos, lamentos y voces se dejaban sentir a lo lejos y mi mirada curiosa buscaba. Un susurro al oído conocido me hacia cerrar de nuevo los ojos, ahora en mi mente, y mientras volaba a ras del suelo sin poder elevarme más, me hacía descubrir cada rincón del paisaje de la locura y de la cordura. Todo mezclado pero todo entendido, todo real y al mismo tiempo irreal. Un cuento de fantasía que no puedes elegir y que se adueña de tu descanso. Miedos con rostro de mujer, escenas de paraísos imposibles con ríos imposibles y plantas sin razón de ser. Sueños que se crean en la noche donde el silencio de la realidad se convierte en melodía de la sinrazón. Es la hora bruja de la magia, la hora de la sinceridad, donde no hay censura y todo es verdad, tu verdad. sentimientos que ya se fueron te saludan en los sueños al pasar, personas que ya no existen reviven en tu escondida realidad. Allí, en los sueños, las lágrimas se convierten en cristal y las sonrisas en generosidad. En los sueños sientes las caricias mucho más que en la realidad, sientes la intensidad de lo que deseas de verdad haciéndose realidad, al contrario que en el mundo de la vigilia, al contrario que al despertar. Y al amanecer, ya abierto los ojos, un estado de letargo te abarca, dejando que poco a poco la locura de los sueños en tu sueño, se vaya disipando sin mas, un día más al despertar.

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