
Hiciste 18 años, tu mayoría de edad,
ese momento en que dejas de ser una niña y te conviertes en adulta, capaz de
decidir, capaz de responsabilizarte de tus actos y tus decisiones. A
partir de ese momento cualquier decisión que tomes serás responsable de sus
consecuencias. En estos años siempre has estado en mi mente y en mi
corazón, eres parte de mí como yo lo soy de ti. Siempre camine detrás de la
esperanza, sabiendo que la vida coloca cada cosa en su lugar, cada lugar en su
sitio. No se que aspecto tienes hoy, no se si conservas tu mirada inquieta,
observadora. La imagen que tengo de ti quedó congelada hace años,
pero en mi
mente y en mi corazón has seguido creciendo, madurando, sabiendo que el momento
llegará. Sólo sé que aquel día que naciste y que te cogí en brazos por primera
vez fue el más feliz de mi vida, y siempre me ha acompañado, ha sido mi fuerza.
Feliz cumpleaños hija mía, un deseo que tu padre siempre tendrá: sé feliz hija
y, sobre todo, se tu misma, auténtica, honesta y sincera contigo mismo y con los
demás, recorre tu camino atendiendo a cada paso que des y mirando de frente
siempre todas las adversidades. Feliz mayoría de edad mi niña. Tu padre, en la
distancia y en el recuerdo siempre estará contigo