martes, 21 de enero de 2014

El calor de su luz

Un espíritu perdido. Un alma errante en busca de una eterna esperanza. Miedos engendrados por el cúmulo de injusticias. ¡¡Tantas cosas perdidas en el camino!! ¡¡Tanto cansancio acumulado!! A veces un vacío, una impotencia, y al final apatía; un sobrevivir sin vivir.

Y cuando la oscuridad empezaba a presentarme sus credenciales, una luz se dibujaba en el horizonte con nombre propio, y aquella apatía iba derivando en atención, en emoción, en sensación placentera. El calor de su luz acarició mi rostro con su cálida sensación, suave, dibujada de terciopelo. Una mirada transparencia cayó como manantial de vida en mi alma casi seca. Mi corazón, lleno de roja vida, ahora se acelera en su ritmo.

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