No hay atalayas inconsistentes entre nosotros, porque desde el primero momento todas y cada una de sus piedras están unidas fuertemente por el amor, y es la torre del homenaje de nuestro hermoso castillo desde donde vemos nuestro amor en el horizonte, que nunca se perdió y que ha crecido aun más.
Durante un tiempo recorrí caminos pero todos me llevaban a ti y los obstáculos desaparecían apartados sin el más mínimo esfuerzo porque ninguno podía impedirme llegar a ti. Hoy estoy aquí, delante de tu atalaya y camino desde el horizonte de nuestro amor hacia ti, y a poco que cierres los ojos ninguna pregunta tiene sentido, porque todo es respuesta, nuestra respuesta.
Ahora es el momento de volver al país de Nunca Jamas, y allí te estoy esperando, esperando que dejes de dudar, y que tomes mi mano y el miedo desaparezca.
Pensabas con frecuencia que me buscas en la vida, en las cosas, en tu devenir diario porque es necesidad de que esté en todo lo que te rodea y en ti misma. Y yo te digo, no me necesites, ámame, porque yo te necesito amándote. Mis errores han sido necios y casi perdí la esperanza, casi te perdí a ti.
Déjame quitarte ese velo que no te deja ver el brillo de lo que entre nosotros hay, y hagamos del amor un inmenso amanecer, y que un te quiero no baste sino el infinito y mas allá aún. Vuelve a ese hueco que existió para ti porque yo te espero en Nunca Jamás. Allí no hay atalayas inconsistentes.Ven pronto, no te demores.
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