Hay quien se apropia de los méritos de otros. Hay quien cuando ha recibido el apoyo de una mano amiga después se atribuye los méritos como si aquella mano jamás hubiera existido. Es triste la hipocresía encubierta de falsa felicidad, porque tras la amplia sonrisa fingida no se esconde más que miseria. Hay quien te mira aparentando sinceridad, pero en realidad solo reclama con egoismo lo que es incapaz de dar por cobardía. Muchos aparentan ser buenos compañeros, buenos amigos, buenos amantes o buenas madres, buenas personas al fin, y sin embargo a poco que observes te das cuenta que es solo pura apariencia, y que cuando el tiempo cambia también cambian, y que cuando la tormenta arrecia, se esconden. Hay quien te pide ayuda y una vez que la das, te dan las gracias y se olvidan. Es triste pero es así. A mi eso ya no me importa, por que nadie sabe mejor lo que da que uno mismo y también lo que recibe. Demonizamos demasiadas cosas porque en el fondo es puro miedo a ser uno mismo. Cada mañana parece que eligen la careta que ese día pretenden mostrar. Ahora que ya todo pasó, ahora que las cosas vuelven a su sitio, es el momento para dejar de ver reflejos de fantasmas que se presentan ante ti con pretensiones de humanidad. Ahora se quien es cada quien, y ahora las decisiones están tomadas. Ahora mi paso es firme y ya deje atrás la hipocresía. Es hora de vivir, es hora de amar, es hora de ser.
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.
lunes, 25 de agosto de 2014
jueves, 21 de agosto de 2014
viernes, 15 de agosto de 2014
Rana o sapo?
Que Dios me libre de la falsa sinceridad, de las palabras dichas aparentando humanidad pero escondidas detrás del puro egoísmo, porque de quien dispara palabras henchidas de falsedad ya me libraré yo. Hay quien te insinúa una cosa y cuando resulta que no respondes a sus intereses, entonces alegan que jamas prometieron nada, que solo fue fantasía. Hay quien fantasea tanto que cuando la realidad se hace patente, huye de sus mismas fantasías que tanto deseaba. Un miedo existencial recorre el corazón de la humanidad ansioso por sobrevivir a toda costa, a pesar de todo y de todos, queriendo que los demás se comprometan pero sin ellos comprometerse. No se, demasiada gente viendo los toros desde la barrera y haciendo suyas después las faenas taurinas de la vida sin merecerlo, y cuando tienen que torear la vida por narices, salen corriendo para no ser empitonados, gritando que no es su toro. Como decía Kalil Jibran, "desde entonces los humanos confunden la fealdad con la belleza, aunque aun hay quien cuando ve a la fealdad sabe que no lleva puestas sus ropas." Esta claro y es necesario ir descubriendo quien realmente lleva puesta sus ropas, si la fealdad o la belleza, y volver la espalda a quien no sabe ver mas que ropas viejas. Aún me sorprende la mirada limpia de un niño y la de un anciano curtido por el tiempo y la vida. Ahí no hay ropajes, todo es sincero, ambos son felices; uno porque aun no conoce y el otro porque ya lo conoce todo. A nosotros, los que andamos en medio de los dos extremos, solo nos queda hacer que las falsas princesas se conviertan de nuevo en ranas y vuelvan a su estanque, y que los falsos príncipes se caigan del caballo y se conviertan en sapos. Nunca es tarde para empezar de nuevo, pero siempre es tarde para quien no quiere empezar de nuevo.
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