Anoche una estrella me visitó. Me habló del universo, de ese universo que no existe pero que el amor es capaz de crear. Le pregunté como podía hacerlo. Me dijo: pronuncia su nombre y se hará realidad. Y así lo hice, y ese universo se creó y es el más bello porque lleva tu nombre.
Ahora que ya he andado la mitad de mi vida quiero sentarme aquí, a la sombra de un árbol y al borde de ese camino, y reflexionar, y contaros lo visto y conocido desde mi visión de las cosas. Te diré lo que yo vi y viví. Estarás de acuerdo conmigo o no. Lo criticarás o simplemente te dará igual. Pero en cualquier caso aquí están estas sensaciones y retazos de mi camino, vivido y por vivir. Sólo cuento lo que aprendí al vivir, y aunque mi vida no es la tuya, todos aprendemos de todos.